En el Amazing Spider-Man #6, Peter se enfrenta a una relación abierta y a su clásica mala suerte
Ser feliz es, para Peter Parker, sinónimo de que algo malo está a punto de pasar. Así comienza Amazing Spider-Man #6, con nuestro querido trepamuros sintiéndose… bien. Demasiado bien, de hecho. Y si conoces al personaje, sabes que eso no augura nada bueno. Porque si algo ha aprendido Peter es que la vida no le permite estar tranquilo demasiado tiempo.
Tiene un nuevo trabajo, un jefe que confía en él, y hasta un ascenso en el horizonte. Pero claro, esto es el universo Marvel, no un cuento de hadas. Lo que debería ser una buena noticia pronto se enreda cuando Peter se entera de que su amiga Shay —quien ha sido presentada como su actual pareja— está saliendo con otros chicos. Lo que es peor: cree que Peter también lo está haciendo, y todo por un inocente cabello de la Gata Negra en su camiseta.
Peter Parker y su relación abierta… sin saberlo
¿Qué hace Peter ante esta revelación? Pues lo que haríamos muchos: se queda en shock. Porque aunque Shay lo menciona como si fuera lo más natural del mundo (“espero que uses condón con tus otras citas”, le suelta sin titubeos), Peter no estaba en absoluto al tanto de que su relación era “abierta”. Y vaya si eso le descoloca.
Aquí es donde Joe Kelly, guionista de esta nueva etapa del arácnido, se luce al introducir un conflicto que mezcla lo moderno con lo clásico. Peter no es un tipo que se sienta cómodo en ese tipo de relaciones. Pero ahí está, en plena misión con la Gata Negra —una ex que claramente sigue teniendo química con él— y preguntándose si todo este embrollo no es una excusa del destino para reavivar viejas llamas.
Además, como subtexto interesante, Kelly parece estar usando esta situación para traer de vuelta al personaje de Felicia Hardy sin tener que borrar a Shay del mapa. Una jugada sutil que nos deja con un triángulo romántico muy jugoso… y muy propio de Spider-Man.
Felicidad sospechosa, villanos nuevos y un jefe enigmático
Pero no todo es amor (o desamor). Mientras Peter navega por las turbulentas aguas del poliamor no consensuado, también lidia con un nuevo villano: Hellgate, un personaje que se presenta con una espectacular splash page de John Romita Jr., acompañado del inconfundible entintado de Scott Hanna y los colores de Marcio Menyz.
Y hablando de Romita Jr., la diferencia visual en el diseño de Brian Nehring —el amigo de Peter en la oficina— respecto al estilo de Pepe Larraz en números anteriores es notable. Casi parece otro personaje, lo cual puede desconcertar a más de un lector.
Por otro lado, el cómic sugiere que la jefa de Peter podría esconder un secreto, algo que ya se insinuó en la entrega anterior. Con el ascenso sobre la mesa y tensiones internas con Brian, esta trama laboral podría escalar a algo mucho más personal.
Cuando el pasado no deja de llamar a la puerta
Y como si no bastara con los líos amorosos y laborales, Tombstone vuelve al juego, avisando a Peter sobre una nueva amenaza vinculada al Duende —el mismo del arco anterior—. La implicación de Norman Osborn también da más peso a este regreso, prometiendo conflictos intensos entre viejos conocidos.
Pero lo que realmente saca de quicio a Peter no son los enemigos, ni los jefes ambiguos, ni siquiera su inestabilidad emocional. Es el nuevo novio de la Tía May. Un tipo que parece odiarlo por una situación en la que Peter fue víctima de una conspiración y no culpable. Este detalle, aunque menor, es otro clásico elemento del universo arácnido: cuando todo el mundo te culpa incluso cuando no es tu culpa. Vamos, que ser Spider-Man nunca ha sido fácil.
¿Qué nos deja este número?
Amazing Spider-Man #6 mezcla comedia, drama romántico y acción superheroica con bastante habilidad. La idea de un Peter Parker enfrentado a una relación moderna, sin haber dado su consentimiento, da mucho juego. Además, la presencia de Felicia, el regreso de villanos conocidos y la promesa de nuevas tramas en el trabajo crean un número con bastante equilibrio.
Y aunque hay ciertos detalles visuales y argumentales que podrían pulirse —como el rediseño abrupto de Brian o el motivo del enfado del novio de May—, el resultado general es muy disfrutable para los fans del personaje y para quienes quieren ver al buen Spidey lidiar con problemas muy… humanos.