En esa primera entrega, Batman se enfrentaba a un Riddler psicópata interpretado con maestría por Paul Dano, mientras su relación con Selina Kyle (Zoe Kravitz), la Catwoman más enigmática de los últimos años, aportaba una capa emocional inesperada. Todo ello bajo la dirección de un Matt Reeves totalmente entregado a construir su propia visión de Gotham.
Por eso, no es de extrañar que muchos temieran por la continuidad de esta saga cuando James Gunn tomó las riendas del nuevo DC Studios. Pero tranquilos: el universo de The Batman se mantendrá al margen del DCEU, igual que The Penguin (la serie derivada centrada en el personaje de Colin Farrell) y la futura cinta de Clayface, en manos de Mike Flanagan.
Lo curioso es que, a pesar del tiempo transcurrido, apenas sabemos nada del argumento de esta secuela. Reeves ha sido hermético, y aunque algunos rumores apuntan a la posible introducción de villanos clásicos como Mr. Freeze o incluso Hush, no hay confirmaciones oficiales. Tampoco se ha hablado aún del reparto, aunque el regreso de Pattinson está prácticamente garantizado, al ser parte esencial del tono y enfoque de esta saga.
Y eso, para muchos, es una buena noticia. Porque, seamos sinceros: The Batman funcionó precisamente por ser distinta, más atmosférica, más sucia, más noir, con un enfoque que recordaba más a David Fincher que a Zack Snyder.
Ahora solo queda esperar que el rodaje en 2026 transcurra sin sobresaltos y que Reeves vuelva a dar en el clavo. Quedan dos largos años, pero las expectativas están más altas que nunca.