James Gunn no olvida de dónde viene ni quién le inspiró para embarcarse en el reto más ambicioso de su carrera: levantar desde cero un nuevo Universo DC en la gran pantalla
La influencia de Feige en la visión de James Gunn
Gunn subraya la importancia de rodearse de voces honestas y creativas, justo como aprendió de Feige. Para su esperadísimo reboot de Superman, Gunn ha buscado el feedback de nombres de peso en Hollywood: Peter Safran (su socio en DC), Drew Goddard (Netflix’s Daredevil), Jason Reitman (Cazafantasmas: Más Allá), y Damon Lindelof (Perdidos, Watchmen).
A diferencia de otros directivos que imponen su visión de forma rígida, Gunn defiende el trabajo en equipo y la autocrítica. Si algo aprendió de Feige, es que una buena película es un proceso vivo hasta el último día de postproducción. “Hay que ser honesto y brutal, pero siempre desde el objetivo común de hacer lo mejor para la historia”, insiste el director.
El desafío de reinventar a Superman
El regreso de Superman bajo la dirección de James Gunn supone una oportunidad única para repensar a uno de los personajes más emblemáticos de la cultura pop. Clark Kent no solo es el superhéroe más reconocible del mundo, sino también un símbolo de esperanza y resiliencia para generaciones de fans. Gunn se enfrenta al reto de devolverle la frescura y el carisma que muchos consideran perdidos en versiones recientes. Apostar por una historia más humana, con conflictos contemporáneos y emociones reales, podría ser la clave para que esta nueva etapa enamore tanto a los nostálgicos como a los nuevos seguidores del personaje.
La primera gran prueba
El próximo 11 de julio llega Superman, el reboot más esperado de la última década para los fans de DC. Gunn tiene claro que todas las miradas estarán puestas en él, pero también sabe que no está solo en esta aventura: “Estoy muy agradecido por contar con opiniones sinceras de grandes amigos y colegas. No se trata de imponer una visión, sino de escuchar y mejorar juntos”.
Para muchos, la relación entre Marvel y DC se vive como una rivalidad casi deportiva. Sin embargo, los verdaderos entusiastas saben que el éxito de una impulsa la creatividad y la ambición de la otra. La honestidad, el aprendizaje compartido y la autocrítica son los verdaderos superpoderes detrás de las cámaras.