El director revela que la cinta iba a tener un tono mucho más oscuro hasta que Drew Goddard lo hizo reflexionar
Cuando pensamos en Superman, imaginamos esperanza, luz y un héroe que inspira. Pero lo cierto es que el nuevo filme del Hombre de Acero en el universo DC casi toma un camino muy distinto. James Gunn ha desvelado que el final original era bastante más oscuro, y que solo lo cambió gracias a una conversación decisiva con otro guionista de renombre: Drew Goddard.
El consejo que salvó el corazón del nuevo Superman
En una charla con Collider, Gunn explicó cómo una charla con el escritor de Project Hail Mary y The Martian lo hizo repensar el tono del desenlace:
“Drew Goddard fue de gran ayuda”, contó Gunn. “Discutimos sobre varias escenas que eran un poco más oscuras o un poco más luminosas. Y en una de ellas, Drew me dijo: ‘¿Sabes qué? Esta película no es esa película. No necesita ese final oscuro’. Y pensé: ‘Tiene razón’. Esa frase se me quedó grabada durante toda la edición.”
La frase “no es esa película” terminó guiando la narrativa hacia un cierre más luminoso, coherente con el espíritu esperanzador del personaje.
Drew Goddard, el guionista que dio luz al Hombre de Acero
Puede que no te suene su nombre a la primera, pero Drew Goddard es uno de los cerebros más prolíficos de Hollywood, con un historial de películas y series que van desde el caos de Cloverfield hasta el sarcasmo oscuro de Cabin in the Woods, pasando por World War Z y The Martian. También ha dejado huella en la televisión, escribiendo para Buffy, Alias, Lost, Daredevil y The Good Place.
Su experiencia combinando géneros y tonos lo convierte en el tipo de mente que puede detectar cuándo una historia se está desviando de su esencia, algo que claramente ocurrió aquí. Que Gunn haya confiado en su criterio demuestra lo importante que fue para dar forma al Superman que veremos en cines este verano.
Un Superman que abre la nueva era del DCU
La película, que se estrena el 11 de julio de 2025 en salas e IMAX, está protagonizada por David Corenswet como Superman, Rachel Brosnahan como Lois Lane y Nicholas Hoult como Lex Luthor. Es el pistoletazo de salida oficial al nuevo DCU de James Gunn y Peter Safran, bajo el capítulo titulado “Gods and Monsters”.
Tras el batacazo de anteriores películas del universo DC, este reinicio es una oportunidad de oro para recuperar la confianza del público. Y parece que Gunn quiere hacerlo apostando por una versión más luminosa, pero sin renunciar al conflicto. La idea es acercarse a un Superman moderno, sensible, pero fiel a sus raíces icónicas.
¿Qué final oscuro nos hemos perdido?
Aunque Gunn no ha detallado qué ocurría exactamente en ese “final oscuro” descartado, los fans ya están especulando. ¿Moría algún personaje importante? ¿Superman cruzaba alguna línea? ¿Se mostraba un destino trágico para Metropolis o la humanidad? No lo sabremos (al menos no hasta que salgan escenas eliminadas en el formato doméstico), pero todo indica que el resultado final será más esperanzador, acorde con el ADN del personaje.
Esto también conecta con la estrategia de DC Studios: buscar un tono distintivo para cada uno de sus héroes, sin caer en la oscuridad constante de etapas anteriores. Superman no tiene por qué parecerse a The Batman, ni a Joker, y eso es una buena noticia.
¿Y después qué?
Tras Superman, el siguiente proyecto en el calendario de DC Studios será la temporada 2 de Peacemaker, que llegará en agosto. No podría haber un contraste más radical: del Boy Scout por excelencia al antihéroe más políticamente incorrecto del universo DC. Esta diversidad tonal parece ser parte del nuevo ADN de la franquicia.
Con este cambio de rumbo, James Gunn demuestra que está dispuesto a escuchar, a rodearse de voces creativas inteligentes y a ajustar su visión si eso mejora la película. En un Hollywood donde a veces reina el ego, eso ya es motivo para celebrar.
¿Veremos algún día ese final alternativo? Puede que sí, puede que no. Pero por ahora, sabemos que Superman promete empezar el nuevo DCU con luz, esperanza y verdad. Y eso, sinceramente, ya es todo un superpoder.