Lo más impresionante es que este es el único sable “hero” de la trilogía original con uso en pantalla que se ofrece en una subasta pública. Hablamos de un auténtico “grial” para coleccionistas, tan raro que hasta el propio catálogo de la subasta lo califica como una de las piezas más codiciadas en la historia de Star Wars. Ha permanecido décadas en una colección privada y es ahora, por primera vez, cuando cualquier mortal con una cartera galáctica podrá pujar por él.
En los días anteriores a los efectos digitales, crear la magia de un sable de luz era un proceso artesanal: varillas metálicas cubiertas con cinta reflectante, animadores pintando cada fotograma a mano para dar ese brillo icónico, y los inconfundibles efectos de sonido añadidos en postproducción. Todo un ejercicio de creatividad que convirtió a este arma ficticia en un icono global.
Comparado con otros objetos icónicos del séptimo arte, este sable juega en una liga propia. Mientras que trajes como el de Superman o el látigo de Indiana Jones han alcanzado precios notables, ningún accesorio de Star Wars con uso en pantalla y de un personaje tan central había salido antes al mercado. Esto lo coloca en una categoría única para coleccionistas y fans, uniendo nostalgia, historia y el magnetismo eterno del Señor Oscuro de los Sith.
Y aunque suene a exageración, este tipo de subastas no solo mueven cifras astronómicas, también despiertan un interés mediático capaz de reactivar la pasión por la saga. Porque, más allá del valor económico, este sable de luz representa el espíritu de una historia que sigue cautivando generaciones desde hace casi medio siglo.