El salto de Mario es la mecánica que cambió para siempre los videojuegos

Mario
Panini

Un simple movimiento convirtió en leyenda a Super Mario

Nintendo, plataformas, salto de Mario, Super Mario Bros

Parece increíble pensarlo ahora, pero el salto del fontanero fue una auténtica revolución en los arcades cuando debutó en Donkey Kong allá por 1981. Ese sencillo gesto, que hoy damos por hecho en cualquier juego de plataformas, nació con él y redefinió cómo entendemos la interacción en un videojuego. Como recuerda Chris Sutherland, programador de Donkey Kong Country, no se trataba solo de saltar: había riesgo y recompensa, un control inesperadamente preciso que convirtió cada brinco en parte esencial de la estrategia.

Los trajes y el ingenio de Nintendo

Con el tiempo, ese mismo movimiento se fue perfeccionando. En Super Mario Bros, por ejemplo, ya no solo servía para esquivar o moverse, sino también para enfrentarse directamente a los enemigos. La presión sobre el botón definía la altura, y cada salto podía salvarte o condenarte si lo calculabas mal. Esa tensión, sumada a la variedad de resultados —como rebotar a un Koopa en lugar de eliminarlo— hizo que la mecánica brillara como nunca.

La evolución no se detuvo ahí. Con Super Mario Bros 3 llegaron los trajes icónicos: el de mapache, el de martillo… elementos pensados para potenciar los movimientos de Mario y dar frescura al gameplay. Como apunta Sutherland, Nintendo podía haber introducido habilidades de forma directa, pero los trajes añadían ese punto de diversión y claridad visual que convirtió cada transformación en un momento inolvidable. Algo que sigue vigente hoy, como en Super Mario Bros Wonder y su sorprendente Mario elefante.

De la portátil al salto a la tercera dimensión

Cuando Super Mario Land aterrizó en Game Boy, muchos temieron que la pequeña pantalla arruinara la experiencia. Sin embargo, la simplicidad de los fondos y la fidelidad en el control mantuvieron intacta la esencia: Mario seguía siendo tan ágil como en NES, pero ahora cabía en tu bolsillo. Más tarde, con Super Mario World, el fontanero alcanzó nuevas cotas de libertad: volar con la capa, flotar como un globo o recorrer niveles acompañado de Yoshi fueron innovaciones que abrieron la puerta a un sinfín de posibilidades.

Nintendo, plataformas, salto de Mario, Super Mario Bros

La llegada de Super Mario 64 en Nintendo 64 fue otro punto de inflexión. La mecánica del salto se trasladó a un entorno tridimensional, algo nunca visto hasta entonces. Sutherland recuerda lo divertido que resultaba explorar libremente, correr en círculos o hacer saltos hacia atrás, incluso aunque eso significara renunciar a la precisión de los 2D. Nintendo compensó esa dificultad con nuevos movimientos, como los puñetazos y patadas, creando una experiencia fresca que redefinió cómo debía sentirse un juego en 3D.

La huella del fontanero en otros héroes de plataformas

A lo largo de los años, el estilo de salto de Mario ha marcado la pauta para otros personajes emblemáticos. Títulos como Sonic the Hedgehog buscaron diferenciarse con una mayor velocidad, pero incluso ahí el salto seguía siendo clave para derrotar enemigos o avanzar en los niveles. Rayman, por su parte, apostó por un control flotante y movimientos más creativos, mientras que juegos modernos como Celeste han llevado la idea del salto de precisión al extremo, convirtiéndolo en el centro de toda su narrativa y jugabilidad.

Lo curioso es que, aunque cada franquicia encontró su propio sello, todas tomaron como referencia la base establecida por Mario. El concepto de riesgo y recompensa, la importancia del timing y la satisfacción de dominar un control intuitivo han hecho que la herencia del fontanero siga viva. Sin su influencia, probablemente el género de plataformas nunca habría alcanzado el lugar que ocupa hoy en la historia del videojuego.

Nintendo, plataformas, salto de Mario, Super Mario Bros

El poder del agua y más allá

Después llegó Super Mario Sunshine, con un Mario equipado con la mochila de agua FLUDD. Este añadido no solo aportó nuevas formas de moverse —planear, propulsarse, limpiar escenarios—, sino que reforzó la idea de que cada generación de consolas debía traer consigo un Mario reinventado. Un salto nunca es solo un salto cuando hablamos del fontanero más famoso del mundo.

La mecánica que comenzó como una idea sencilla en los ochenta ha logrado mantenerse fresca durante más de cuarenta años. El salto de Mario no es solo un movimiento icónico: es la base de todo un género, y prueba de que la innovación más duradera a veces nace de lo más simple.

Comic Stores