La segunda temporada de One Piece muestra a Crocus y a Laboon… pero con una diferencia que está dando que hablar
La travesía hacia el Grand Line promete ser espectacular, pero también polémica. La segunda temporada de One Piece en Netflix mostrará por fin a Laboon, la gigantesca ballena con cicatrices que guarda la entrada a ese mítico mar, junto a su fiel cuidador Crocus (interpretado por Clive Russell). Sin embargo, las primeras imágenes han despertado inquietud entre los fans más veteranos: Crocus ya no vive dentro de Laboon.
En el manga de Eiichiro Oda —y también en el anime—, Crocus habita en una casa situada dentro del propio cuerpo del animal, flotando sobre un pequeño islote rodeado por un mar interior y un cielo artificial pintado. Es una de las escenas más surrealistas y emotivas de toda la saga. Pero en la versión de Netflix, el viejo médico aparece junto al faro del Cabo Gemelo, con Laboon en el agua, a cierta distancia. Un cambio que puede parecer menor, pero que toca la fibra de los seguidores más apasionados.
El simbolismo perdido de Crocus y Laboon
La vivienda dentro de la ballena no era un simple capricho visual: representaba el vínculo de dolor compartido entre Crocus y Laboon. Ambos permanecían atrapados en el mismo ciclo de nostalgia, esperando el regreso de los Piratas Rumbar, que habían prometido volver algún día. La imagen de un hombre viviendo dentro del cuerpo del animal que consuela era una metáfora brillante sobre la soledad y la fidelidad inquebrantable.
Al situar a Crocus fuera, Netflix corre el riesgo de diluir la fuerza simbólica de ese momento. La serie parece haber optado por una versión más “realista”, sacrificando parte del tono poético que caracterizó al arco de Reverse Mountain. Y claro, si algo define a One Piece, es precisamente su magia absurda, donde lo emocional siempre supera a lo lógico.
Cómo podría seguir funcionando la historia
Pese a las quejas, no todo está perdido. Netflix ya ha demostrado que puede adaptar el mundo de Oda con respeto y creatividad, incluso condensando arcos enteros en un par de episodios sin perder la esencia. Si Crocus no vive dentro de Laboon, tal vez su relación pueda expresarse de otra forma.
Ambos personajes son reflejos del mismo sufrimiento: mientras Laboon lleva sus cicatrices en la piel, Crocus carga con las suyas en el alma. Los dos siguen esperando a quienes nunca regresaron. Ese mensaje de esperanza frustrada puede sobrevivir incluso si el escenario cambia.
Además, esta modificación podría abrir la puerta a un cameo de Brook, el músico esquelético de los Piratas Rumbar y futuro tripulante de Luffy. Su historia, contada años después en el arco de Thriller Bark, revela el trágico destino de la tripulación original de Laboon, reforzando el lazo entre el pasado y el presente.
Netflix promete una recreación gigantesca
Pese a los cambios artísticos, la producción técnica promete ser impresionante. El actor Taz Skylar, que da vida a Sanji, comentó que el equipo construyó un modelo físico de Laboon “del tamaño de un crucero”, con restos de barcos en su interior y detalles minuciosos que harán que las escenas luzcan tan reales como épicas.
Esto sugiere que el público sí podría viajar dentro de Laboon, al menos en parte, tal como ocurre en el manga. Si es así, el impacto visual de esta secuencia será enorme, y el corazón de la historia —la promesa entre Luffy y la ballena— seguirá intacto.
El arco de Reverse Mountain, clave para la temporada 2
Este arco marca el paso definitivo del East Blue al Grand Line, el momento en que los Sombrero de Paja dejan de ser simples aventureros y se convierten en verdaderos piratas del Nuevo Mundo. Es breve, pero fundamental: aquí aparece el Log Pose, se presenta Crocus y se establece el tema central de One Piece: la fe en los sueños, incluso cuando parecen imposibles.
Si Netflix consigue capturar la emoción detrás de esa promesa —la de Luffy golpeando a Laboon y jurándole volver—, el cambio en la ubicación de Crocus será lo de menos. Al fin y al cabo, One Piece siempre ha sido una historia sobre mantener la esperanza incluso cuando el mundo te dice que la abandones.
