James Gunn revela cómo el antiguo comité creativo de Marvel casi destroza la esencia de Guardianes de la Galaxia
Antes de que Guardianes de la Galaxia se convirtiera en una de las películas más queridas del Universo Cinematográfico de Marvel, estuvo a punto de ser un completo desastre. No por falta de talento o visión, sino por culpa de un “comité creativo” que, según cuenta el propio James Gunn, quería meter mano en todo… incluso en lo que no entendía.
El comité que casi se carga a los guardianes
Gunn lo contó sin pelos en la lengua durante su participación en el pódcast Smartless. Resulta que, cuando estaba desarrollando Guardianes de la Galaxia, tuvo que enfrentarse a un grupo interno de Marvel compuesto por gente del mundo del cómic, del marketing y, sí, hasta de juguetes. Todos opinaban. Todos querían tener voz. Y casi logran diluir todo lo que hacía especial la película.
Este comité proponía cambios que no tenían ningún sentido desde el punto de vista narrativo. Querían quitar la música —sí, esa música que convirtió cada escena en una joya pop— y no entendían por qué Bradley Cooper ponía voz a Rocket si “no sonaba como él”. Gunn se lo tomó con filosofía: “Está interpretando un personaje. Es actor. Para eso lo contratamos”.
La situación rozaba lo absurdo, y el propio director lo comparó con una operación cerebral donde los que dan indicaciones son… podólogos. Sí, ese era el nivel. Por suerte, Kevin Feige defendió la visión de Gunn, lo respaldó cuando más lo necesitaba, y así el film mantuvo su alma gamberra, su corazón nostálgico y su banda sonora inolvidable.
Una libertad creativa que no siempre fue la norma
A pesar de todo, Gunn no guarda rencor hacia el pasado. Reconoce que siempre ha estado dispuesto a recibir notas y sugerencias, pero lo que vivió con el comité iba mucho más allá: “Se comportaban como si fueran la autoridad absoluta en todo”. Lo más preocupante, dice, es que muchas de sus exigencias no tenían nada que ver con el arte de contar historias, ni con enganchar al público.
Ese tipo de interferencias ya no las sufre. Ahora, como responsable de DC Studios junto a Peter Safran, su panorama es completamente distinto. En sus propias palabras, la libertad creativa es muchísimo mayor. Y eso incluye tener una sola persona por encima: David Zaslav, CEO de Warner Bros. Discovery. Sorprendentemente, Gunn no solo lo respeta, sino que incluso lo alaba.
De Guardianes a Superman
Gunn contó cómo fue el proceso de presentar a Zaslav las pruebas de cámara de Superman: Man of Tomorrow, protagonizada por David Corenswet y Rachel Brosnahan. “Me llamó con tono serio y dijo: ‘No soy cineasta ni cuentacuentos como tú, pero tengo que decirte algo…’. Y entonces soltó: ‘Me ha encantado’”.
Este apoyo directo, sin comités ni intermediarios, marca la diferencia. Para Gunn, trabajar en DC Studios es como respirar aire fresco. Nadie le pide cambiar cosas que funcionan. Nadie le cuestiona por qué una escena es emotiva o un personaje suena distinto. Puede construir el universo que imagina, sin voces ajenas que lo desvíen del camino.
Y esto, claro, se nota en el resultado. Su nueva visión de Superman, más sincera y cercana, ya ha sido recibida con entusiasmo por quienes han visto los primeros avances.
El legado de una pelea creativa
Si Gunn no se hubiera plantado frente al comité de Marvel hace diez años, Guardianes de la Galaxia podría haber sido un blockbuster más sin chispa ni corazón. Pero no. Apostó por el riesgo, defendió sus decisiones (y sus canciones) y el resultado fue una cinta que redefinió lo que una peli de superhéroes podía ser.
Ahora, al frente de DC, Gunn tiene la oportunidad de aplicar todo lo aprendido sin trabas ni absurdos burocráticos. Y eso, tanto para los fans de Marvel como de DC, solo puede ser una buena noticia.


