El actor de Andor vivió un momento surrealista en el aeropuerto tras quedarse con un recuerdo muy “galáctico”
Resulta que ser parte del universo de Star Wars no siempre te salva de los problemas. Diego Luna, protagonista de Andor, compartió en una entrevista con Jimmy Kimmel una anécdota tan surrealista como divertida: estuvo a punto de ser arrestado en el aeropuerto por llevarse un bláster de la serie como recuerdo.
Todo comenzó tras finalizar el rodaje de la segunda temporada de Andor, cuando Luna decidió llevarse a casa un objeto bastante especial: el arma que su personaje utiliza en la serie. “Me lo regalaron, y pensé: ‘lo voy a llevar conmigo en el vuelo, porque si lo mando por mensajería…’”, explicó el actor. La pieza es una réplica tan detallada que casi parece un arma real. Y claro, los agentes de seguridad del aeropuerto de Heathrow no estaban para bromas galácticas.
Diego Luna y su bláster casi acaban en comisaría
En cuanto los agentes vieron el objeto al pasar el control de seguridad, saltaron todas las alarmas. “Uno de ellos lo desenvolvió y dijo: ‘¡¿Qué es esto?!’”, contó Luna, entre risas. En su intento de explicar que se trataba de un simple prop de rodaje, intentó tocar el bláster y los guardias gritaron: “¡No, no, no! ¡No lo toques!”.
Lo gracioso (o trágico, según se mire) es que Diego iba de resaca tras la fiesta de despedida del rodaje. “Tenía esta pinta de estar medio roto, no ayudaba a la situación”, confesó. Como si no fuera bastante, uno de los guardias le reconoció, pero no por Star Wars, sino por su papel en Narcos, lo que solo añadió confusión al asunto.
La cosa escaló hasta el punto de que le pidieron que saliera del área de seguridad y firmara una declaración. Para probar que el bláster era simplemente atrezzo, tuvo que enseñar fotos del personaje en su móvil y hasta imágenes de figuras de acción con el arma. “Lo entendieron… pero de esa forma que sabes que les costó bastante”, explicó Luna.
Al final, por suerte, pudo quedarse con el bláster y evitar un problema internacional. Pero no deja de ser una historia de lo más absurda: un rebelde de la galaxia a punto de ser detenido por llevar su propio juguete al aeropuerto.
El universo de Andor y el legado rebelde
Andor, una de las apuestas más ambiciosas de Disney+ en el universo de Star Wars, ha sido aclamada por ofrecer una narrativa más madura, política y realista dentro de una galaxia que, a menudo, se mueve entre jedis y sables láser. Luna interpreta a Cassian Andor, un espía rebelde que ya vimos en Rogue One, pero cuya historia previa se explora a fondo en esta serie.
Con una segunda temporada en camino, los fans esperan descubrir cómo Andor pasa de ser un ladrón escéptico a un héroe dispuesto a sacrificarse por la causa rebelde. Lo curioso es que, mientras en pantalla esquiva imperiales y complots, fuera del set tiene que esquivar agentes de seguridad aeroportuaria.
Lo real detrás del atrezzo
Este incidente también pone en evidencia lo realistas que pueden llegar a ser los objetos creados para las producciones de Lucasfilm. El bláster en cuestión no era una pistola de juguete cualquiera. Estaba tan meticulosamente diseñado que podía confundirse fácilmente con un arma real. No es la primera vez que algo así ocurre: en más de una ocasión, el equipo de efectos especiales de Star Wars ha creado piezas tan detalladas que acaban en museos o en colecciones privadas de lujo.
Y es que ser actor en una saga tan icónica no te salva del papeleo. Luna tuvo que demostrar su inocencia con pruebas gráficas, firmar documentos, y aún así, salir con la sensación de haber escapado por los pelos.
Con los pies en la Tierra… y en una galaxia muy lejana
Lo más divertido de todo esto es cómo lo cuenta Diego Luna, con esa naturalidad y sentido del humor tan suyo. Entre risas y vergüenza, dejó claro que ni siquiera siendo parte del universo más famoso del cine puedes librarte del control de seguridad. Eso sí, también demuestra lo implicado que está con el personaje y lo importante que fue para él guardar ese pequeño pedazo de la historia de Star Wars.
Para los fans, esta anécdota es una joya más que añadir a la leyenda de Andor y al carisma de su protagonista. Y nos recuerda que, aunque la saga esté ambientada en una galaxia muy, muy lejana, sus protagonistas viven momentos muy, muy terrenales.
