La chica de la semana: Lycana

Lycana
Panini

Descubre a Lycana, una de las malvadas villanas a las que Hulk ha tenido que hacer frente en la actualidad.

Aunque, desde el inicio de su andadura, el increíble Hulk le ha plantado cara a todo tipo de enemigos, que van desde humanos normales hasta los más variopintos villanos, actualmente tiene que vérselas con una gran cantidad de monstruos como la Primogénita Sally Barstowde la que ya hablamos en su momento, al igual que hicimos con Jinni Dagaal, con Nephele y con Sumanguru. En este artículo nos centraremos en Lycana, la primera de los Cambiapieles.

La primera aparición del personaje tiene lugar en la aventura City of Idols, Part Three, publicada en el cómic The Incredible Hulk nº 19 (2025), donde se conmemora el aniversario del ejemplar 800 de la cabecera, con guion de Phillip Kennedy Johnson y dibujos de Nic Klein y Danny Earls, cuya portada puede verse bajo este párrafo. Pero, ¿cuál es la historia del origen de Lycana? Continúa leyendo este artículo hasta el final para descubrirlo.

Lycana

Según afirma La Primogénita, Lycana es su descendiente favorita, cuyo origen se remonta a un pasado remoto en el que, tras una lucha entre dioses y gigantes, la única baja del bando de las deidades fue un berserker de melena negra conocido por el nombre de Agmundr, un guerrero que estaba más a gusto en compañía de bestias, de las que podía adoptar su aspecto, que de personas.

El golpe que mató a Agmundr lo lanzó tan lejos del campo de batalla que sus compañeros lo estuvieron tratando de localizarlo durante tres días, con sus noches, hasta que una tormenta de hielo hizo imposible continuar con su búsqueda, por lo que los dioses tuvieron que abandonar a su camarada, que yacía, roto y cubierto por el hielo y la nieve, en la montaña donde había tenido lugar la batalla.

La Primogénita, que era la responsable de haber orquestado la contienda entre dioses y gigantes, fue testigo de todos estos acontecimientos, de modo que, cuando la búsqueda de Agmundr se suspendió, adoptó la forma de un cuervo para hallar el cuerpo, comerse su corazón y profanar su carne. La Primogénita sintió como la invadía la calidez de su esencia, que se convirtió en una cachorra con alas y colmillos, a la que llamó Lycana.

Cuando la criatura creció se convirtió en un ser fuerte de brazo y feroz de espíritu, incansable como cazadora e implacable como asesina, aunque su mayor don era el de cambiar la piel, o sea adoptar la forma de aquello que consumiera, lo que la volvía formidable. Una vez fue bastante mayor, La Primogénita la dejó libre por las montañas donde Agmundr había caído. Allí, Lycana corrió como una bestia más, voló al igual que los pájaros y caminó entre los hombres mortales sin que nadie se percatara de su presencia. No obstante, entre los habitantes de las montañas, se empezó a hablar de una terrible criatura cazadora, a la que llamaban Valravn.

Como era de esperar, los relatos de la existencia de Lycana llegaron a los oídos de los dioses, a los que no les costó nada reconocer que la criatura tenía la misma melena negra que Agmundr. Aunque aún no eran conscientes de la existencia de La Primogénita, no les cabía ninguna duda que su compañero había sido víctima de un rito oscuro, de modo que, en medio de una tormenta eléctrica, decidieron enviar a su campeón de dorados cabellos (que todo parece indicar que se trata de Thor, pese a que no se mencione su nombre en ningún momento) a luchar contra Lycana.

Lycana

La batalla entre ambos derribó montañas, enterró valles y arruinó bosques y junglas. No obstante, aunque el campeón de los dioses perdió mucha sangre, su martillo acabó acertando en el blanco y Lycana cayó muerta sobre el desierto de una tierra lejana.

Una tribu de cavernícolas que se moría de hambre, porque habían sido exiliados de sus tierras por un pueblo mucho más fuerte y belicoso, encontraron el cuerpo de Lycana, a la que despellejaron para comerse su carne y quemar sus entrañas para entrar en calor. Aquella noche, uno de ellos, sintiéndose agradecido, tras cubrir a su compañera con la piel de la criatura, le rezó en los siguientes términos:

Gracias por el don de tu vida. Que tu carne nos haga fuertes, que tu piel nos dé calor, que honremos tu sacrificio con la victoria sobre nuestros enemigos.

A la mañana siguiente, cuando los hombres despertaron, encontraron a sus enemigos amontonados en hogueras y con los huesos ensangrentados. La chica que había dormido bajo la piel de Lycana no recordaba gran cosa, pero amaneció cubierta de sangre y con una fuerza y una velocidad superiores a la de cualquiera. Se había transformado en el recipiente a partir del cual la criatura volvería a la vida. Sus compañeros, al haber consumido también carne, adquirieron la habilidad de cambiar la piel.

La dermis de Lycana pasó a ser considerada como divina, un objeto de adoración guardado en una cueva que se convirtió en templo. Cuando se consideraba necesario, se elegía a un campeón para que, vestido con dicha piel, se encargara de sus enemigos. Una vez concluida la tarea, el elegido devolvía la dermis y se sacrificaba para que la tribu pudiera comerse su carne, lo que los volvía más fuertes.

Todo aquel que sea portador de la piel de Lycana tocará la divinidad, cazará hasta la saciedad, conocerá el miedo y la adoración sin ningún pudor a la hora de entregarse a sus verdaderos apetitos, pero se trata de un poder que los mortales solo pueden poseer de manera fugaz.

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