El autor de Juego de tronos responde con dureza a quienes solo quieren la continuación de su saga
Puede que The Winds of Winter se haya convertido en uno de los libros más esperados (y frustrantes) de la historia reciente, pero George R.R. Martin está harto de que sus lectores reduzcan toda su carrera a una sola novela inconclusa. En una reciente entrada de su blog personal, el creador de Canción de Hielo y Fuego ha soltado un auténtico dracarys verbal contra quienes solo le preguntan por esa entrega pendiente.
“Sé que a algunos solo os cabrea todo lo que anuncio que no sea sobre Westeros o The Winds of Winter“, escribió Martin con una ironía afilada. El autor reconoció que muchos fans han perdido la fe en que termine el libro, e incluso le acusan de haber abandonado por completo la saga, dedicándose a otros proyectos como series de HBO o películas animadas.
George R.R. Martin y su complicada relación con los fans
En la misma publicación, Martin se burló abiertamente de las críticas que recibe a diario: “Voy a morir pronto porque soy viejo. Ya no me interesa escribir. Solo me siento a gastar mi dinero”, escribió, claramente citando las ideas que le atribuyen algunos seguidores molestos. El tono exagerado y sarcástico deja claro que el autor se siente incomprendido por una parte del fandom.
Pero también dejó espacio para la sinceridad. A pesar del tono ácido, Martin confesó que sigue queriendo profundamente a los personajes de su universo: “Me importan los Stark, los Lannister, los Targaryen, Tyrion y Asha, Dany y los dragones, más de lo que podéis imaginar”, escribió.
La frustración del autor no solo proviene de la presión externa, sino también del desgaste que implica crear un mundo tan vasto y lleno de detalles como Westeros. Mientras él sigue trabajando en múltiples frentes —desde editar antologías hasta colaborar con HBO—, los fans solo quieren ver un título en concreto: The Winds of Winter.
El peso de westeros sobre sus hombros
La carga emocional de tener a millones de personas pendientes de una sola obra puede acabar ahogando la motivación de cualquier creador. Martin, que lleva décadas construyendo su universo narrativo, no quiere ser reducido a una sola historia. Sí, Juego de tronos lo catapultó a la fama mundial, pero su carrera incluye joyas como Sandkings, Dying of the Light o A Song for Lya que muchos fans actuales ignoran por completo.
Sin embargo, ese desdén hacia el resto de su bibliografía no ha impedido que el autor siga creando. De hecho, está involucrado en varios proyectos nuevos: House of the Dragon sigue expandiendo el universo Targaryen, A Knight of the Seven Kingdoms llegará tras un retraso, y se encuentra inmerso en la producción de una cinta animada sobre Hércules, además de una adaptación de A Dozen Tough Jobs de Howard Waldrop.
La herencia creativa de George R.R. Martin
A estas alturas, es innegable que Martin ha cambiado la narrativa fantástica moderna. Canción de Hielo y Fuego no solo reinventó los clichés del género, sino que además introdujo una dimensión moral, política y emocional que ha sido replicada (y mal imitada) en infinidad de obras posteriores. Su estilo ha influido en videojuegos, series, películas e incluso otras sagas literarias.
Y aunque muchos lo acusan de procrastinar, no deja de publicar ni de participar en nuevas historias. Si bien The Winds of Winter aún no tiene fecha oficial de lanzamiento, su universo sigue vivo en múltiples formatos, desde televisión hasta cómics y audiolibros.
La paradoja de la fidelidad
En cierto modo, lo que más duele en todo este asunto es que los fans que critican a Martin lo hacen desde un lugar de amor desbordado. Quieren volver a perderse en Poniente. Quieren saber qué pasa con Jon Snow, con Arya, con Bran y con Daenerys. Pero ese amor, cuando se vuelve exigencia obsesiva, puede volverse tóxico. Y el autor lo sabe.
Martin no ha abandonado su saga, pero tampoco está dispuesto a dejar de lado su faceta como creador multifacético. Puede que The Winds of Winter tarde más de lo que todos esperábamos, pero si llega, lo hará porque su autor aún tiene algo que contar. No porque alguien se lo imponga.
