El legendario mangaka no quería seguir con su popular comedia… hasta que le pusieron una condición inesperada
En algún rincón de los años 80, mientras Dr. Slump arrasaba en las páginas de Shonen Jump, su autor, Akira Toriyama, sentía que su creatividad estaba al borde del colapso. La serie, que había comenzado como una comedia de gags absurdos protagonizada por la irreverente Arale, se había convertido en un fenómeno. Pero para Toriyama, esa rutina semanal de sacar chistes nuevos se volvió una carga. Lo único que quería era parar. Pero la editorial tenía otros planes.
Según revela Dr. Mashirito’s Ultimate Manga Techniques, un libro escrito por su exeditor Kazuhiko Torishima, el creador de Dragon Ball no tenía vía libre para abandonar Dr. Slump… a menos que ofreciera algo aún más interesante. Así nació uno de los mangas más influyentes de la historia.
El origen de Dragon Ball
Torishima recuerda que Toriyama acudió a él diciendo: “Quiero dejar esta serie”, en referencia a Dr. Slump, que se publicaba desde 1980. La respuesta del editor fue tajante: “Si puedes hacer un manga más interesante que Slump, entonces puedes dejarla”. Así de dura era la política en Shonen Jump.
Durante meses, Toriyama intentó encontrar ese “algo más interesante”, lanzando varios one-shots como Pink o Chobit, pero ninguno logró el impacto necesario. Desesperado, Torishima viajó hasta la casa del mangaka en Nagoya. Allí no sacaron mucho en claro… hasta que la esposa de Toriyama le confesó que su marido solía entintar mientras veía películas de kung-fu.
Ese fue el clic. “¿Por qué no haces un manga de kung-fu?”, le propuso Torishima. Lo que llegó después fue Dragon Boy, un relato de artes marciales con un niño protagonista, dragones y una princesa mimada. Ese niño se convertiría más tarde en Son Goku.
de Dragon Boy a Dragon Ball
Dragon Boy tuvo dos capítulos que gustaron tanto que arrasaron en las encuestas de lectores. El segundo incluso fue el número uno. Ese resultado, unido a la pasión de Toriyama por dibujar lo que realmente le gustaba, terminó dando forma a Dragon Ball. Así, el pequeño Tangtong, que protegía a una princesa caprichosa, se transformó en Goku, un chaval con cola de mono que acompañaba a Bulma en busca de las bolas de dragón.
El resto, como suele decirse, es historia del anime.
Cuando Dragon Ball también le pasó factura
El libro también revela que Toriyama quiso terminar Dragon Ball tras la saga de Célula, ya agotado por el nivel de presión y exigencia de la editorial. Sin embargo, fue convencido (otra vez) para continuar, lo que derivó en la saga de Majin Boo y, más tarde, en el criticado experimento que fue Dragon Ball GT.
Este tipo de decisiones, confiesan varios editores en el podcast japonés KosoKoso, reflejan el poco respeto que Shueisha mostró hacia la voluntad y salud de Toriyama, algo que quedó patente incluso tras su fallecimiento en 2024.
El legado sigue vivo
A día de hoy, Dragon Ball no ha dejado de reinventarse. El nuevo anime, Dragon Ball Daima, disponible en Crunchyroll y que llegará doblado al español en Toonami el 14 de junio, presenta una premisa alocada: Goku y sus amigos vuelven a ser niños tras un hechizo, y todo apunta al misterioso “Reino Demoníaco” como el origen de este caos.
Además, un nuevo personaje llamado Glorio, un joven Majin, hace su aparición. Mientras tanto, la voz de Goku Mini volverá a estar a cargo de Stephanie Nadolny, lo que ha generado bastante expectación entre los fans clásicos.
El viaje de Toriyama, que comenzó como un deseo desesperado por dejar de hacer chistes semanales, acabó desembocando en uno de los universos más longevos y queridos del manga. Y aunque su historia esté ya completa, la semilla que plantó en los corazones de millones sigue creciendo a través de nuevas generaciones.
En el fondo, Dragon Ball no solo es una historia de peleas épicas y transformaciones legendarias. Es la historia de un creador que, cansado y presionado, supo transformar su pasión por las artes marciales y la comedia en una aventura inmortal.