James Gunn promete una sorpresa al final, pero avisa: no será otro gancho forzado para futuras películas

Una escena postcréditos con sentido
Un ejemplo claro: cuando Avengers: Endgame colocó a Thor junto a los Guardianes de la Galaxia, Gunn no estaba encantado. “Dije en las notas del guion: ‘No voy a meterlo. No quiero hacer una peli con Thor. No lo entiendo como personaje’”, confesó. Y no lo dice por falta de aprecio: le cae bien Chris Hemsworth y disfruta de sus pelis… pero no quería construir una historia que no sentía suya.
“A veces, cuando solo usas la escena para preparar algo futuro, te estás metiendo en un lío”, reflexionó. Eso le pasó también con Guardianes de la Galaxia Vol. 2, cuando presentó a Adam Warlock sin tener claro cómo usarlo después. Al final, lo metió en la tercera entrega, pero no sin esfuerzo: “Fue como meter una pieza cuadrada en un agujero redondo”, dijo. Aunque reconoce que disfrutó trabajando con Will Poulter, cree que la introducción de Warlock fue más una obligación que una decisión orgánica.
Menos promesas, más momentos
Además, lanzó una pequeña indirecta con cariño hacia sus propios créditos: “Me encanta mi equipo y quiero que la gente se quede a ver quién fue el gaffer”, bromeó.
Lo que está claro es que el director quiere devolverle la emoción a las escenas postcréditos. Que el público se sorprenda, se ría o se emocione, pero no que se sienta en medio de un anuncio comercial disfrazado de contenido narrativo.
Y, siendo honestos, ¿cuántas veces hemos salido del cine comentando que la escena final no valía la pena o que parecía un tráiler encubierto?
El legado Marvel y el futuro DC
Por eso, su idea es diferente para DC. En vez de llenar la película de pistas hacia proyectos que ni siquiera tienen guion, prefiere construir con solidez lo que tiene entre manos, sin hipotecar su historia.
¿Primer paso o capítulo cerrado?
¿Tendremos un guiño a Batman? ¿A Green Lantern? ¿O será simplemente un momentazo al estilo Howard el Pato? Sea lo que sea, la escena postcréditos llegará, pero no para construir castillos en el aire, sino para cerrar la película con un buen sabor de boca.