La película de La Jungla de Cristal que nunca veremos, Len Wiseman rompe el silencio

La Jungla de Cristal
Panini

El director de Ballerina desvela los secretos de un guion que prometía revivir la saga de La Jungla de Cristal como nunca antes

Durante años, el nombre de John McClane fue sinónimo de acción, sarcasmo y explosiones navideñas. Pero lo que pocos sabían es que La Jungla de Cristal pudo haber cerrado su historia con una sexta entrega que prometía ser tan explosiva como emotiva. Y no lo decimos nosotros, lo dice Len Wiseman, el director de La Jungla 4.0 y ahora también responsable del spin-off de John Wick, Ballerina.

En una reciente charla con IndieWire, Wiseman reveló que trabajó durante cuatro años en una idea que tenía todo para ser el cierre definitivo de la saga: una mezcla de precuela y secuela titulada simplemente McClane. Según él, “era un guion genial, con una idea muy potente” que incluso lo llevó a rechazar otros proyectos porque pensaba que el rodaje estaba a punto de comenzar. Pero Disney entró en escena tras la compra de Fox… y todo se congeló.

La Jungla de Cristal 6 MCcClane, el cierre que nunca llegó

Lo que diferencia a este proyecto de los últimos tropiezos de la franquicia (sí, te estamos mirando, La Jungla: Un buen día para morir) es su ambición narrativa. No querían seguir estirando el chicle con más explosiones sin sentido, sino volver a las raíces de McClane, justo como hizo The Godfather Part II con Michael Corleone.

La idea era clara: mostrar a un joven John McClane en los años 70, en sus inicios como policía en Nueva York, mientras se alternaban escenas con un McClane ya veterano enfrentándose a un último caso. Un enfoque que habría dado profundidad emocional al personaje, alejándolo del superhéroe invencible en el que se había convertido.

Lorenzo di Bonaventura, productor del proyecto, llegó a comparar la estructura del guion con la de El Padrino II, por esa alternancia temporal entre dos etapas clave del protagonista. Un movimiento arriesgado, sí, pero que podría haber revitalizado la franquicia y ofrecido una despedida digna a Bruce Willis.

Pero la vida real, como en muchas de las películas de McClane, tenía otros planes. Con la llegada de Disney y la fusión con 20th Century Fox, el proyecto fue archivado indefinidamente, y cualquier esperanza se desvaneció del todo cuando Willis se retiró en 2022 tras ser diagnosticado con afasia.

La Jungla de Cristal

El adiós que no merecíamos

La saga Die Hard se despide por ahora con A Good Day to Die Hard como su último capítulo oficial, una entrega que muchos fans consideran la más floja de todas. Y duele más al saber que hubo una oportunidad real de arreglarlo todo con una película que no solo miraba al pasado con cariño, sino que proponía algo fresco y atrevido.

Len Wiseman no oculta su decepción, pero habla con cariño del proceso creativo. “Hubo un momento en el que estábamos tan cerca…”, comenta con nostalgia. Una pena, porque si alguien podía haber devuelto a McClane su humanidad, su sarcasmo callejero y sus puñetazos contra el sistema, era él.

Más allá de Nakatomi Plaza

Aunque Die Hard empezó en un edificio de oficinas en Nochebuena, lo cierto es que su influencia va mucho más allá. Fue la película que convirtió a Bruce Willis de actor de comedia romántica en icono del cine de acción. Y también la que cambió la manera de contar historias de héroes cotidianos, con sudor, heridas y una camiseta manchada.

La Jungla de Cristal

La saga ha tenido videojuegos, cómics y hasta una atracción temática, pero siempre será recordada por ese primer grito de guerra: Yippee-ki-yay, hijo de… ya sabes cómo sigue.

¿Veremos alguna vez una nueva versión, un reboot o una serie precuela en streaming? Posiblemente. Pero sin Bruce Willis, sin ese brillo irónico en los ojos, será otra cosa distinta. Y lo que McClane prometía era justo lo contrario: ser el final que encajaba.

¿Te imaginas quién podría haber interpretado al joven McClane? Hay rumores de que estaban considerando actores con ese aire canalla y urbano que define al personaje, aunque nunca se concretó. ¿Quizá Taron Egerton? ¿Ansel Elgort? Quién sabe. Lo que está claro es que el guion estaba más vivo que nunca… hasta que se apagó.

Ahora solo nos queda imaginarlo. O mejor aún, escribirlo en nuestras cabezas. Porque, como diría McClane con un cigarro en los labios y el edificio en llamas: “Bienvenido a la fiesta, amigo.”

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