George R.R. Martin habla sobre su eterna batalla con los plazos y su amor por otros proyectos
El retraso de Vientos de invierno
“Sé que hay mucha controversia sobre Vientos de invierno y lo tarde que va, pero siempre he tenido problemas con los plazos. No me gusta incumplir contratos ni retrasar entregas, pero es algo con lo que he luchado toda mi vida”, confesó el escritor.
Aunque el retraso se ha convertido casi en una leyenda dentro del fandom, Martin quiso dejar claro que no ha abandonado la saga ni su mundo de dragones y traiciones.
“Sí, sigo amando Vientos de invierno. Sigo interesado en él y sigo trabajando en ello”, aseguró ante el público.
El propio autor reconoció que sus intereses creativos son múltiples y que dedica tiempo a otros proyectos que le apasionan tanto como la saga principal. “Pero, siendo honesto, también amo esas otras cosas”, explicó, refiriéndose a su trabajo en Wild Cards y en la serie de AMC Dark Winds, basada en las novelas de Tony Hillerman, donde actúa como productor ejecutivo.
Entre dragones, detectives y superhéroes
Desde la publicación de Danza de dragones en 2011, Martin no ha parado: ha participado en proyectos televisivos, supervisado adaptaciones y colaborado en nuevas historias ambientadas en sus mundos. Uno de los más exitosos es La casa del dragón, precuela directa de Juego de tronos, que ya cuenta con dos temporadas repletas de intrigas, sangre y fuego.
El escritor que no puede dejar de crear
Para muchos, la gran pregunta sigue siendo si Martin llegará a terminar los dos libros que faltan antes de que la serie televisiva que él mismo inspiró cumpla dos décadas. Pero, viendo su entusiasmo por seguir expandiendo su universo, parece claro que no se trata de falta de motivación, sino de un exceso de imaginación.
Mientras tanto, los fans continúan debatiendo teorías, rescatando líneas de Juego de tronos y revisitando las intrigas de Tyrion, Jon y Daenerys. Y aunque el propio Martin no se atreve a dar fechas, muchos prefieren creer que la espera merecerá la pena.
Quizás, cuando Vientos de invierno finalmente llegue, lo haga como una obra monumental, el reflejo maduro de un autor que ha aprendido a no escribir por obligación, sino por amor a sus mundos. Y si algo ha dejado claro con sus palabras en Nueva York es que Westeros sigue vivo, latente en su mente, esperando el momento perfecto para volver a desplegar sus alas de dragón.


