El regreso a Pandora durará más de tres horas y promete expandir su mitología con los Na’vi del fuego
La paciencia de los fans de Avatar va a volver a ponerse a prueba. James Cameron ha decidido que su tercera entrega, Avatar: Fire and Ash, dure nada menos que 3 horas y 15 minutos, convirtiéndose así en la película más larga de toda la saga. Sí, incluso más que El sentido del agua, que ya se estiraba hasta las 3 horas y 12 minutos.
Avatar: Fire and Ash, la palabra clave principal
Según los datos de AMC Theatres, el nuevo metraje de Cameron supera en tres minutos al anterior, lo que para muchos espectadores será otra prueba de resistencia cinéfila. Pero el director no parece especialmente preocupado. De hecho, asegura que Pandora necesita ese tiempo para contar todo lo que tiene preparado.
En declaraciones anteriores, Cameron explicó que durante la producción de la segunda película se vieron desbordados por ideas: “Teníamos demasiadas cosas geniales en el primer acto de El sentido del agua. La historia avanzaba como un tren bala, y no profundizábamos lo suficiente en los personajes. Así que dije: ‘Chicos, hay que dividirla’. La tercera será un poco más larga que la segunda”.
Los Na’vi del fuego llegan a Pandora
Y parece que razón no le falta. En Fire and Ash se presentará una nueva tribu: el Clan Mangkwan, también conocido como los Ash People (el Pueblo de las Cenizas). Este grupo de Na’vi está vinculado al elemento del fuego, y su aparición promete mostrar un lado más oscuro y salvaje de Pandora.
Cameron ya adelantó que esta entrega explorará “otras culturas diferentes a las ya mostradas. El fuego será representado por los Ash People. Quiero mostrar a los Na’vi desde otra perspectiva, porque hasta ahora solo he enseñado su lado bueno”. Vamos, que si esperas otro festival de azul pacifista, prepárate para algo más intenso.
Nuevos personajes y viejos conocidos
El reparto vuelve a reunir a los protagonistas clásicos: Sam Worthington (Jake Sully), Zoe Saldaña (Neytiri) y Sigourney Weaver (Kiri). Pero la gran novedad es la incorporación de Oona Chaplin, quien interpretará a Varang, líder de los Ash People. Su papel será fundamental para expandir la mitología de Pandora y abrir nuevas tensiones entre clanes.
Chaplin, nieta de Charlie Chaplin, ya había trabajado con Cameron en el pasado, y su fichaje no es casualidad: el director busca darle un tono más político y trágico a la historia, acercándola a los conflictos culturales y ecológicos que siempre han caracterizado la saga.
Tres horas más de Pandora, para bien o para mal
Por supuesto, no todos los fans han recibido con entusiasmo la noticia de otra cinta de más de tres horas. Algunos recuerdan con cariño la espectacularidad visual de la saga, mientras otros piensan en la incomodidad de estar sentados durante tanto tiempo sin pausa. Pero, siendo sinceros, Cameron juega en otra liga: cada vez que apuesta por una locura, termina batiendo récords de taquilla.
No olvidemos que Avatar sigue siendo la película más taquillera de la historia, con más de 2.900 millones de dólares recaudados, y que El sentido del agua volvió a superar los 2.300 millones. Así que, si algo sabe Cameron, es cómo convencer al público para repetir el viaje.
La visión a largo plazo de Cameron
El director ha dejado claro que su plan no acaba aquí. Fire and Ash es solo una pieza más de una historia que abarcará hasta cinco películas. “Estoy construyendo un universo completo, no solo una secuela”, dijo en una entrevista. Y viendo su historial, no es difícil creerle.
Cameron promete que la tercera entrega profundizará en las emociones, los conflictos culturales y el impacto del fuego como símbolo de destrucción y renovación. Una metáfora que encaja perfectamente con el tono más sombrío que se espera de esta nueva etapa.
Así que ya lo sabes: el 19 de diciembre, prepárate para volver a Pandora y sumergirte durante más de tres horas en una experiencia visual que, probablemente, vuelva a dejar a medio Hollywood sin aliento. Porque si algo tiene claro James Cameron, es que las historias grandes merecen tiempo… y un buen cojín en la butaca.
