sábado, noviembre 9, 2024

Las 10 mejores películas de terror que puedes ver este Halloween en Netflix, HBO Max, Disney+ y Prime Video

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Panini

¿Qué mejor para disfrutar de Halloween que un buen montón de películas de terror para pasar un buen rato de miedo? Te traemos las que, según Letterboxd, son las 10 mejores películas de terror que puedes encontrar ahora mismo en las principales plataformas de streaming

Aunque no nos hemos alejado mucho en el tiempo, sí que veremos algunos clásicos modernos (años 70) incontestables e imprescindibles en el género. Poco a poco iremos acercándonos a la época actual, con lo que tendréis un diverso catálogo donde seguro que encontrarás una o más películas de terror que te encantarán.

Halloween

Tiburón (Jaws 1975) (Prime Video y Netflix)

Halloween

Posiblemente la mejor película de Steven Spielberg y, sin lugar a dudas, uno de los grandes clásicos del terror de todos los tiempos. Tiburón (Jaws) es una extraordinaria película de acción, suspense y thriller aterrador.

Con personajes que se hacen reales a vista del espectador, hace que el terror del gran tiburón blanco (Bruce) sea más cercano y real. Es una película de terror limpia, sin violencia ni sangre gratuitas. Es una buena historia y, lo que es mejor, está brillantemente contada.

Suspiria (Suspiria 1977) (Prime Video)

Halloween

Aunque tenemos una versión más moderna, está mejor calificada la obra original de 1977, dirigida por el maestro italiano del terror Dario Argento. Suspiria es un derroche de terror espantoso mezclado con una imaginería visual y sonora que llega a ser casi poética.

Argento nos brinda una abrumadora experiencia donde el mal más absoluto acecha en las cosas más cotidianas. Es una mirada oscura y perversa del mundo que nos rodea, con un enfoque barroco y casi onírico que lleva al espectador a un terror visceral (gracias también al gran trabajo del director de fotografía, Luciano Tovoli). Seguro que os gustará… y que lo pasaréis muy mal.

Alien, el octavo pasajero (Alien 1979) (Disney+)

Halloween

“En el espacio nadie puede oír tus gritos”. A finales de los 70 nadie esperaba una mezcla de Ciencia Ficción y terror. Ridley Scott (con guion de Dan Bannos y Ronald Shusett) nos ofrecieron una aterradora historia cuyo principal componente era la claustrofóbica ambientación (una nave rodeada por el vacío más absoluto), acompañada de un enemigo absolutamente implacable e imparable.

Unos efectos especiales magníficos incluso hoy en día; una iluminación y una puesta en escena admirables, unas tomas inquietantes (¡esos obsesivos primeros planos!)… Es una trama sencilla, con personajes que no evolucionan (no hay tiempo para ello), tan solo es un cúmulo de sensaciones que “muerden” al espectador casi en cada toma.

Pero, sin duda, lo mejor de la película es su “tempo”:  Scott supo darle el ritmo adecuado, con silencios y pausas medidos al máximo, con un ritmo que comienza lento y pausado y va aumentando poco a poco hasta llegar al apoteosis terrorífico. Y eso sin contar que creó a un personaje como la teniente Ripley. Otra obra imprescindible.

El resplandor (The Shining 1980) (HBOMax)

Halloween

Una de las películas más populares de la lista, y es que la mezcla de Stephen King y de Stanley Kubrick solo podía dar como resultado una obra maestra.

Un maravilloso rompecabezas, una obra que ha trascendido a sí misma y que ha dado lugar a miles de teorías más o menos conspiranoicas (desde que es una denuncia del imperialismo estadounidense hasta que contiene una apología del supuesto rodaje que Kubrick realizó sobre la llegada del hombre a la Luna).

Pero lo que importa es la obra en sí, una obra que va ganando adeptos según pasan los años, que sigue estudiándose en clase de cinematografía y que seguirá siendo alabada durante muchos años más.

Una película aterradora e inquietante, que hace que nuestro cerebro “estalle” a cada paso, frente a cada una de las revelaciones. Kubrick nos lleva de la mano sin que nos demos cuenta desde el mismo inicio de la obra, con una aparentemente inocente entrevista de trabajo, hasta la llegada al hotel, donde el “barrido” de la cámara es un viaje por el terrorífico escenario en el que nos moveremos, un hotel que es un personaje en sí mismo.

En resumen, una película que se convierte en un juego mental y que no trata sobre fantasmas sino sobre la salud mental y cómo nos engañamos a nosotros mismos hasta que la mente estalla. Una obra maestra que seguirá aterrándonos aunque la hayamos visto decenas de veces.

La mosca (The Fly 1986) (Disney+)

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Si en la anterior Suspiria elegíamos la versión original frente a la adaptación de 2018, aquí vamos a dejar de lado la (por otro lado muy recomendable) versión original de 1958 por una versión más moderna, la dirigida por David Cronenberg y protagonizada por Jeff Goldblum.

Cronenberg consigue dar una nueva entidad a la historia yendo mucho más allá del terror físico (un hombre que se va convirtiendo poco a poco en un monstruo), convirtiéndola en una historia de terror psicológico con muchas sublecturas interesantes como el miedo a ir perdiendo nuestra propia identidad o el control de uno mismo.

A pesar de que algunos efectos pueden estar algo anticuados, The Fly es una película muy efectiva en sus objetivos: dejarnos con una gran inquietud y desazón.

Scream. Vigila quién llama (Scream 1996) (HBOMax)

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Scream ha llegado a convertirse en un hecho histórico dentro del cine de terror. Con una gran inteligencia y un guion sencillo pero no simple, Wes Craven (acompañado de Kevin Wiliamson al guion) crearon un sub género (el meta cine de terror), con recursos que siguen funcionando y utilizándose casi 30 años después (y no me refiero solo a sus secuelas).

Una buena trama, giros precisos y bien pensados, diálogos afilados y una magnifica secuencia de inicio con un asesinato que ha sido imitado y parodiado cientos de veces. Una película que es, y seguirá siendo un clásico del cine de terror.

28 días después (28 Days Later 2002) (Disney+)

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Danny Boyle y Alex Garland construyeron esta película con claras reminiscencias a Romero (¿y qué buena película de zombies no las tiene? Pero dándoles un toque original, muy “brithis”, si me lo permitís, lo que hizo que 20 años después siga teniendo un aire de frescura al alejarse de la miríada de típicas películas sobre muertos vivientes norteamericanas (aquí los protagonistas no son hábiles con las armas en absoluto, por ejemplo).

En esta película no solo se habla del peligro zombie (como ocurre en las buenas historias de este género): tenemos denuncia a los “científicos locos” (el fin no justifica los medios), toques originales como avalanchas de animales (muy a lo James Herbert) o escenas apocalípticas que hemos visto repetidas después una y mil veces. Eso sin contar con que uno de los temas principales es el debate de la supervivencia… Si todos están muertos ¿merece la pena seguir viviendo?

Más allá de las sensaciones (soledad, angustia, terror) que inflige la película al espectador, la ejecución de los recursos es espectacular: ese Londres completamente despoblado hace que cualquiera se estremezca. Y es que en vez de un pequeño grupúsculo de fieros supervivientes tenemos un enfoque mucho más amplio, dándonos pistas de lo que ocurre no solo en toda la ciudad sino en todo el país y más allá.

Pero estamos hablando de cine de terror: con un extraño lirismo, la película de Boyle utiliza ciertos recursos típicos (estallidos de sangre) pero de una forma un tanto discordante. Esa cuenta atrás de la conversión en zombi (20 segundos) es una forma magnífica de crear tensión en el espectador, además de jugar limpio con el espectador y no “esconder” que determinado personaje está infectado en secreto.

También encontramos escenas sutiles que nos provocarán escalofríos (y eso es más temible que el gore en sí) y, por supuesto, el salvajismo subyacente bajo esa capa de civilización del ser humano moderno.

Déjame Salir (Get Out 2017) (Prime Video)

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Poco a poco nos vamos acercando a la más rabiosa actualidad. Aquí tenemos una tensa historia (más thriller que terror en mi opinión) con un inspirado Jordan Peele a la dirección y al guion.

Con una mezcla de denuncia social al racismo y crítica a la sociedad actual (“estamos lobotomizados”), podría decirse que Get Out trata la esclavitud de la forma más terrorífica, porque habla de robarles el cuerpo, la personalidad propia de los pertenecientes a esa raza.

Y es ese hecho, de que resulta terroríficamente probable, lo que hace que nos sintamos inquietos y aterrados. El mismo director ha afirmado que una de sus influencias es La semilla del diablo (Rosemary’s Baby), lo que se nota sobre todo en el ambiente desasosegante, en los vecinos aparentemente normales pero claramente sospechosos y acechantes, demasiado simpáticos, igual que en la película de Polansky, una cercanía que, como digo, será el principal recurso para hacer que el espectador esté intranquilo durante toda la trama, intentado (como el protagonista) excusar su comportamiento, racionalizarlo.

Con un inicio pausado, que no lento, llega el momento de la revelación en el que el director nos da un mazazo, nos agarra de los hombros y nos zarandea hasta que estamos completamente desubicados y, por tanto, a su mereced. Peele coge una situación habitual aunque tensa y la maximiza para hacer una gran película de terror.

Un lugar tranquilo (A quiet place 2018) (Netflix)

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Una invasión extraterrestre y una familia que tiene que sobrevivir. Parece algo que hemos visto miles de veces en el cine ¿verdad? Pues no. John Krasinski consigue darle una vuelta y mostrarnos algo completamente nuevo y original, alejándose de explosiones y sangre y abrazando el terror más sutil y silencioso (guiño, guiño).

Lo mejor de Un lugar tranquilo es, sin duda, su capacidad de inmersión. La película hace que seamos parte activa de este apasionante y terrible juego, sufriendo en nuestras carnes la tensión que sienten los protagonistas (verla en un cine es una experiencia inolvidable). Este es uno de los principios del cine de terror: hacer que nos involucremos en la historia, en lo que les está ocurriendo a los personajes… Si no hay empatía no hay terror, simplemente.

Esta película hará que se te acelere el corazón, que cumple las expectativas presentadas desde el principio (aunque comencemos “in media res”, para tenernos más “descolocados” y, por tanto, crea desasosiego desde el primer momento).

Y el mayor terror viene dado por el obligatorio silencio. Es verdad que tenemos muchos ejemplos de cine de terror en el que el monstruo detecta a sus víctimas por el sonido, pero aquí Krasinski, con un guion coescrito con Bryan Woods y Scott Beck, saben jugar con el sonido (y la falta de él) creándonos una gran inquietud de forma casi subconsciente al mostrarnos ciertos objetos potencialmente escandalosos y, por tanto, peligrosos.

Si a todo esto le sumamos un gran sentido de la composición (muy útil y casi necesaria, ya que la mayor parte de la cinta es muda) y una narración efectiva, básica, sin excesos, tenemos como resultado una película con un ritmo magnífico, que funciona como un reloj, con personajes reales, creíbles a pesar de la situación y que no juega a asustarnos de forma burda y fácil. Vamos, que es una muy buena película de terror, a la que le ha seguido una muy respetable precuela.

Midsommar (Midsommar 2019) (Prime Video)

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Y llegamos a la película más moderna de las que hemos traído. Dirigida por Ari Aster (Hereditary) y protagonizada por una fabulosa Florence Pugh, nos llevan de viaje a un carnaval terrorífico que comienza de forma muy agradable (el ambiente, los paisajes, las personas) para ir introduciéndonos poco a poco en esta bacanal negra y turbia hasta que nos vemos totalmente desconcertados.

Es esta suma de lo más agradable, la luz más brillante, con otros elementos menos amigables (el frío de la nieve) lo que irá causando en el espectador esa sensación de inquietud en esta historia de amor que se convierte en historia de terror.

Un terror aderezado con antropología: vemos reflejada la sociedad y cómo se organiza, las diferentes facetas culturales, rituales, festivales… Y toda la información es dosificada de forma muy elegante por el director, dándonos solamente lo que necesitamos saber y creando en nosotros, al mismo tiempo, una inquietud por saber más, por conocer qué va a ocurrirles a nuestros protagonistas.

A todo ello le sumamos el “in crescendo” narrativo (y musical) que nos llevará a encontrar el verdadero motivo de este “festival”, imágenes desazonadoras pero extrañamente hipnóticas como la minuciosa preparación de las víctimas… imágenes que suscitan sentimientos como repulsión y, por supuesto, miedo. Todo en la mejor estela de Cronenberg.

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