La película sobre Wonder Woman que se rodó en la década de los setenta.
Desde que la Mujer Maravilla vio la luz por primera vez en la aventura titulada Wonder Woman: Introducing Wonder Woman, con guion de William Moulton Marston y dibujos de Harry G. Peter, para el ejemplar All-Star Comics nº 8 (1942), la popularidad de la amazona ha ido en aumento debido a la habilidad de los equipos creativos que han sabido sacarle partido, aunque también, en parte, gracias a los productos audiovisuales que se han realizado sobre el personaje.
Entre los proyectos live-action de la más famosa amazona de la editorial DC podemos destacar la serie titulada Mujer Maravilla (1975 – 1979), protagonizada por Lynda Carter, y las películas Batman vs. Superman: El amanecer de la justicia (2016); Liga de la Justicia; Wonder Woman ( ambas en 2017); Wonder Woman 1984 (2020); Liga de la Justicia de Zack Snyder (2021); ¡Shazam!: La furia de los dioses y Flash (las dos 2023), con Gal Gadot en el papel principal, aunque, como ya dijimos en su momento, la amazona ha sido interpretada por otras actrices.
Ahora que el reinicio llevado a cabo por James Gunn dejará de lado la versión interpretada por Gal Gadot y nos presentará a una nueva Mujer Maravilla, aunque aún no sabemos que actriz se encargará de encarnarla, es un buen momento para hablar de Wonder Woman, la casi desconocida película sobre la superheroína de DC, que vio la luz en 1974 y que, de haber tenido éxito, hubiera funcionado como episodio piloto de una serie.
Bajo la dirección de Vincent McEveety, este filme, de tan solo setenta minutos de duración, está protagonizado por Cathy Lee Crosby (como Diana Prince / Wonder Woman), Kaz Garas (en el papel de Steve Trevor), Andrew Prine (que se mete en la piel de George Calvin), Ricardo Montalban (que hace de Abner Smith), Charlene Holt (que se convierte en Hipólita), Anitra Ford (que se transforma en Ahnjayla), Jordan Rhodes (como Bob), Donna Garrett (en el papel de Cass) y Lomax Study (que se mete en la piel de un recepcionista de hotel).
Según nos cuenta la trama, la seguridad de la agencia gubernamental secreta en la que trabaja Diana Prince se ha visto vulnerada por el robo de una documentación clasificada, orquestada por orden del criminal Abner Smith, a cambio de la que se pide un cuantioso rescate. Como cabe esperar, bajo su identidad secreta de Wonder Woman, la protagonista se pondrá manos a la obra para solucionar el caso.
Nada más comenzar el visionado del filme, lo primero que nos llama la atención es el nulo parecido entre el personaje del cómic y su contrapartida audiovisual, ya que tanto el cabello como el traje de Wonder Woman son completamente diferentes, de modo que, si no fuera porque los personajes principales se llaman igual y porque queda plena constancia de que es un proyecto desarrollado por la Warner Bros, podríamos pensar que la película es una copia barata del cine de superhéroes que no pertenece a ninguna licencia concreta.
Siendo fieles a la verdad, hay que reconocer la presencia de personajes secundarios de los cómics, como es el caso de Steve Trevor y la reina Hipólita de las amazonas. Además podemos ver la Isla de Themyscira y se hace mención al avión invisible de Wonder Woman. No obstante, en el caso de las armas, si bien le vemos hacer uso de los brazaletes, un elemento tan icónico como lo es el Lazo de la Verdad no aparece en ningún momento, lo que no deja de ser desconcertante.
También llama la atención el hecho de que, tratándose de una película de tan solo una hora y diez minutos de duración, Diana Prince no aparece ataviada como Wonder Woman hasta el minuto cuarenta, lo que hace que su presencia como superheroína quede reducida a una escasa media hora, aunque es cierto que su agilidad y su destreza para el combate se dejan ver mucho antes.
No debemos dejar de tener en cuenta que la idea original era que se tratara del piloto de una serie de televisión, motivo por el que, en formato de película, Wonder Woman no deja de soltar un tufillo a largometraje de serie B, algo que acentúa la escasa duración del mismo.
Sin duda, como película independiente de sobremesa habría funcionado mucho mejor que como un producto perteneciente a una icónica franquicia de DC. No obstante, si eres fan de la editorial en general o de Wonder Woman en particular, merece la pena que le eches un vistazo y juzgues por ti mismo, ya que el producto se encuentra disponible en internet, en el idioma original pero con subtítulos en castellano. Al fin y al cabo, si te deja mal sabor de boca, tienes mucho más material del personaje para solventarlo, ya sea en papel o en formato audiovisual.