El fenómeno anime rompe moldes, pero su llegada online tardará más de lo esperado
El esperado Demon Slayer: Infinity Castle ha encendido la emoción de millones de fans del anime, pero la última noticia no ha sido precisamente buena para quienes esperaban disfrutarla desde el sofá. Crunchyroll ha confirmado que la cinta permanecerá exclusiva en cines durante todo 2025, retrasando su desembarco en plataformas hasta, como mínimo, 2026. Una estrategia que sorprende si la comparamos con la rapidez con la que otros éxitos llegan al streaming.
La decisión ha dejado a muchos con sabor agridulce. Por un lado, la experiencia de ver la película en la gran pantalla promete ser insuperable. Por otro, quienes no puedan acudir a los cines este año se verán obligados a esperar pacientemente. En tiempos donde el consumo inmediato se ha convertido en norma, esta medida se siente como un viaje al pasado.
Demon Slayer Infinity Castle
El estreno de Infinity Castle ya se ha convertido en un auténtico fenómeno cultural. Con cifras millonarias en la taquilla mundial, la película ha logrado algo que pocas producciones de animación japonesa alcanzan: atraer a un público mucho más amplio que el puramente otaku. Familias enteras, jóvenes que nunca habían seguido el anime y hasta curiosos de otros géneros se han rendido ante la espectacularidad del film.
Mitchel Berger, vicepresidente ejecutivo de Comercio Global en Crunchyroll, lo dejó claro en declaraciones recogidas por The Popverse: “Ve a ver Demon Slayer: Infinity Castle al cine, porque el cine es el único lugar donde podrás verla en 2025”. Un mensaje que no admite doble lectura: la compañía quiere que los espectadores llenen las salas, sin excepciones.
Una estrategia que rompe con la tendencia actual
Lo curioso es que, mientras películas de superhéroes o blockbusters de Hollywood suelen llegar a plataformas en cuestión de semanas, Infinity Castle permanecerá durante más de un año exclusivamente en cines. La razón es obvia: los números en taquilla siguen siendo jugosos, y Crunchyroll apuesta por exprimir ese éxito todo lo que pueda antes de mover ficha hacia el digital.
Esto supone una de las esperas más largas en la era moderna del anime en cines. Aunque algunas producciones japonesas han tardado meses en llegar a streaming internacional, pocas se habían reservado tanto tiempo en exclusiva para las butacas. Y, sin embargo, este retraso podría reforzar la leyenda de Infinity Castle, convirtiéndola en una experiencia aún más codiciada.
La importancia de la sala de cine en Demon Slayer
No podemos olvidar que Kimetsu no Yaiba siempre ha tenido un fuerte componente visual. Desde el arco del Tren Infinito hasta la temporada del Distrito del Entretenimiento, la animación de Ufotable ha sido un referente en calidad. Ver esos combates coreografiados con un nivel técnico deslumbrante en pantalla grande marca la diferencia. El eco de las katanas, la intensidad de las respiraciones y los destellos de los ataques adquieren una fuerza que difícilmente se puede replicar en casa.
De ahí que el estudio y la distribuidora quieran apostar fuerte por el cine. Al fin y al cabo, para muchas personas, esta puede ser la única vez en su vida que vivan una experiencia de anime con semejante despliegue.
Comparación con otras sagas
Si miramos atrás, Dragon Ball Super: Broly o One Piece Film Red tuvieron un recorrido mucho más breve en salas antes de aparecer en plataformas. Sin embargo, Infinity Castle juega en otra liga: es el clímax de una de las series más exitosas de la última década, y probablemente la parte más esperada por los seguidores del manga. Su relevancia justifica, al menos para los responsables, un tratamiento distinto.
La jugada no está exenta de riesgos. Mantener la exclusividad durante tanto tiempo podría dejar fuera a un sector importante de la audiencia, especialmente en regiones donde el acceso a cines que proyecten anime es limitado. Pero a cambio, Crunchyroll asegura un aura de exclusividad y un fenómeno que se mantiene vivo durante meses.
Lo que significa para los fans
Para los seguidores que llevan años acompañando a Tanjiro, Nezuko y compañía, la noticia supone una prueba de paciencia. Tendrán que esperar hasta 2026 para poder disfrutar tranquilamente de la película en casa, pausarla, revisitar escenas y analizar cada detalle. Mientras tanto, quienes consigan verla en pantalla grande podrán presumir de haber formado parte de un evento histórico para la animación japonesa.
En definitiva, Demon Slayer: Infinity Castle está demostrando que aún en 2025 el cine puede ser un templo sagrado para los grandes relatos. Puede que el retraso sea un jarro de agua fría, pero también es una invitación a vivir la experiencia de manera irrepetible. Y quizás, cuando por fin llegue al streaming, la espera se sienta como parte del viaje.


