Lo curioso es que la crítica nunca castigó a Elio. De hecho, en Rotten Tomatoes mantiene un 83% de aprobación y un espectacular 90% de puntuación del público, destacando su narrativa emotiva y visualmente deslumbrante. Quizás lo que le jugó en contra en su paso por salas fue coincidir con la sombra gigantesca de Lilo & Stitch, que llegó en mayo y arrasó con más de 1.000 millones de dólares en taquilla.
Ahora, en el terreno del streaming, el público parece estar dándole el valor que no pudo reconocer en la gran pantalla. Y es que la película no solo ofrece un despliegue visual impresionante, sino también un mensaje universal sobre la amistad, la identidad y el miedo a lo desconocido.
Además, el contraste con Lilo & Stitch es inevitable. La adaptación con actores reales no solo fue un éxito de taquilla inesperado, sino que también ha conseguido cambiar la percepción del público hacia los remakes de Disney, que venían de un tropiezo con Blancanieves. Tanto fue así que la compañía ya ha confirmado una secuela en acción real con Chris Sanders, creador original de Stitch, de vuelta como guionista.
Si se compara con héroes juveniles de otras producciones, Elio funciona como un puente entre lo cotidiano y lo extraordinario. No necesita poderes ni un entrenamiento épico para brillar, solo su capacidad de conectar con los demás. Ese matiz lo coloca en una línea similar a personajes como Miguel en Coco o Riley en Del revés, que también demostraron que lo más poderoso puede nacer de lo más simple.
Para los fans, este éxito digital abre la puerta a que Pixar mantenga la confianza en proyectos originales, alejándose de depender únicamente de secuelas o franquicias establecidas. El mensaje es claro: puede que la taquilla decida el presente, pero en la era del streaming, es el público quien dicta el futuro.